jueves, 30 de julio de 2009

SAKI

De la vida de Saki, en estricto rigor, se algunas cosas importantes y muchas otras sin sentido. Para empezar Saki es el seudónimo literario de Hector Hugh Munro, un hombre solitario y asiduo a la lectura que un día decide ser escritor. Esta decisión, obviamente, no es fácil. Para nadie resultaría fácil tomarla, tomando en cuenta que su indirecta consecuencia puede llegar a ser la pobreza o el suicidio. O, incluso algo peor. Nacido en Birmania en 1870, se crió en Devon, una aburrida ciudad inglesa, donde pasó muchas penurias y una que otra tonta alegría propia de la infancia. Más tarde, esto es, varios años más tarde, ingresa a estudiar Literatura en una universidad londinense, cuyo nombre no logro recordar. Allí Saki comienza a desarrollar sus primeras armas en el mundo de las letras. Participa en concursos de poesía que organiza la universidad y generalmente pierde o, lo que es peor, sale segundo. Su estilo, supone él mismo, es demasiado crudo para los criterios del jurado. Sin embargo, Saki no se da por vencido y sigue participando. Y, claro, sigue saliendo segundo. Con la frecuencia de sus participaciones descubre que en un 90 por ciento de los casos el ganador es un hombre algo mayor, de apellido Ferloski, que claramente no es un estudiante. Esto indigna a Saki. Ferloski usa barba y anteojos y algunas canas se asoman en su pelo. Saki, que por entonces tiene 21 años, comienza a espiar a su oponente, siguiendo cada paso que da por el campus universitario. De esta horrible obsesión nace su primera novela. Ese hijo de puta de Ferloski es el primer titulo del borrador. Luego lo cambia a El hijo de Ferloski. Con este manuscrito bajo el brazo Saki participa en un concurso de Novelas. Esta vez el jurado está compuesto por gente mucho más inteligente (Saki escribirá después) que en unanimidad le otorga el primer premio. La buena suerte de Saki, va más allá de un simple premio en un concurso de Novelas. La editorial de su universidad le ofrece la publicación del trabajo. A partir de entonces, la vida literaria de Saki comienza a tomar un buen rumbo, no así la otra vida que los escritores, a veces, también tienen. En 1893 Saki es acuchillado a la salida de su facultad. El atacante huye sin que nadie logre reconocerlo después. Tras el ataque Saki debe permanecer internado por cuatro meses en el Hospital nacional de Londres. Durante su estadía se enamora, o cree que se enamora, de una de las enfermeras. Su nombre es Bárbara Boyd. En Junio de ese año, con Saki dado de alta, comienzan una tormentosa relación. La pareja dura odiándose y discutiendo alrededor de 4 años. Cuando todo acaba definitivamente, Bárbara decide cruzar el atlántico. Su barco, Saki se entera después, sufre algunos desperfectos en el motor y se hunde en medio del océano. Con la noticia el escritor entra en crisis. De esos oscuros años poco o nada se sabe. Se dice que se sumerge en el alcohol, que se interna en una clínica siquiátrica, que escribe muchos cuentos pero luego los quema en un arrebato de locura. También se cree que en esos oscuros años publica, de manera independiente, un libro menor de relatos. Entre aquellos cuentos estarían La noche de los relojes, Vida y muerte de Bárbara Boyd, Los fabuladores, El muerto en la bañera. Nada más, además de los rumores. Lo que si se conoce con certeza es que su mala suerte no acaba. Tras esa nube que oscurece esos años de su vida, su figura vuelve a aparecer. En 1913 escribe un artículo para el diario The Sun. Su temática no es conocida, pero hay quienes piensan que fue un gran artículo. Al año siguiente estalla la primera guerra mundial y su rastro de pierde, hasta que en 1916 un francotirador le vuela los sesos y Saki vuelve a aparecer frente a nosotros.

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